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Nació el 3 de marzo de 1911 en Torroella de Montgri (Catalunia).
A los dos años, en 1913, ya los fotógrafos de niños pudieron fotografiarle en alguna plaza con luz de Buenos Aires.
En esa fecha temprana, se inicia su larga vocación argentina y americana. De sus antepasados le quedan unas largas patillas en forma de hacha que sobre los mofletes de la cara pálida y gravemente irónica, le dan cierto aire de picador catalán. Un aire que no se opone al gesto de bailarín de tango, parcimonioso y ceremonial, que se le dibuja al andar o al mover los brazos. Es un pintor lírico y onírico: un creador de sueños. Pero, ¡ojo!: "yo pinto -declaró- cosas bien concretas de mis contenidos anímicos, que toman apariencias de sueños"...Primera exposición: en 1939, en el Hall del Teatro del Pueblo, "collages" que apuntaban al surrealismo o, acaso, que lo tomaban como pretexto para decir su texto siempre batlleplanesco. "El pintor que más siento en la historia del arte es Antonello da Messina", ha confesado.
"En el arte nacional, ese pintor es Spilimbergo", agrega. En 1960 conquista el Premio Palanza. Sus obras figuran en colecciones y museos nacionales y extranjeros.
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