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ver siguiente consejo
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- Tema: Un cuadro dice algo de quien lo ha colgado, crea una situación e induce ciertas emociones y pensamientos. No es sólo una cuestión de gustos. Debemos pensar cómo queremos que quienes lo habiten se sientan. Pensar en el "para qué?" más que en el "por qué?"
- Medida: El tamaño es otro punto clave. Un cuadro muy grande en un ambiente chico puede achicarlo aún más, así como un cuadro pequeño en un ambiente grande puede quedar perdido y sin importancia. Es fundamental el manejo de las proporciones y el impacto visual. La clave: ocupar el espacio sin invadirlo.
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Ubicación: El lugar donde se exponga un cuadro bebe ser accesible visualmente desde cualquier ángulo, estando el observador parado o sentado. Y no debe ser interferido por otros elementos del ambiente.
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Enmarcado: El marco de un cuadro (incluyendo el passepartout si lo lleva) es el nexo entre la obra enmarcada y los demás elementos que hacen al todo del ambiente. Debe estar en relación con el tipo de muebles (si son de hierro o de madera, y de qué tonalidad, por ejemplo). A su vez, debe tener una armonía con la obra que contiene, en cuanto a colores, formas y estilo. En suma, el enmarcado de una obra para colgar debe surgir de un previo análisis del ambiente y de su posibilidad de conexión con la obra a enmarcar.
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